Oso Yogui

Oso Yogui

lunes, 29 de septiembre de 2014

Despedida y cierre

Se acabó nuestro maravilloso viaje. No hemos encontrado al oso Yogui, pero sido una experiencia enriquecedora, que nos ha servido para conocer otra cultura, apreciar sus ventajas, y también para valorar lo que tenemos nosotros.

Dar las gracias de nuevo a Laura y Javier, no solo por su hospitalidad y cariño, sino también por sus desvelos al cuidar a los dos turistas despistados en que nos hemos convertido.

Agradecer también a la familia el esfuerzo y la atención que les hemos obligado a prestarnos, y el maravilloso recibimiento a nuestra llegada.

También agradeceros a todos los que habéis seguido por este blog nuestras pequeñas aventuras y los comentarios de ánimo recibidos.

A todos, muchas gracias y hasta otra...


sábado, 27 de septiembre de 2014

De regreso a casa.

Nos da mucha pena que se acaben nuestras vacaciones americanas.

 Lo hemos pasado genial gracias al cariño con que nos han acogido Laura y Javier. Sabemos que son muchos días con invitados y la cosa se hace algo pesada. Realmente si no hubiese sido por ellos habríamos tenido momentos, digamos, delicados. Una pareja encantadora...

El viernes intentó Laura sacar las tarjetas de embarque para que yo me quedase tranquilo después de la aventura de La Vegas, pero no lo consiguió. Un mal presagio.



Total, que esta mañana nos vinimos al aeropuerto con menos tiempo del que a mi me gusta. Llegamos al check-in de American Airlines y en las máquinas tampoco podemos facturar. De repente, llaman a Laura al móvil, de AA. Una locución automática que parecía decir que nuestro vuelo estaba cancelado. Aggggg... Lo que faltaba.

Nos ponemos en la cola de la facturación manual. Aquello parece  el aeropuerto de Castellón. Tres personas facturando y mucha cola porque parecía que pasaba algo... Suspense...Por fin nos toca, y un señor se pone de nuevo a teclear como loco y nos da unas tarjetas de embarque ¡ para Miami !
Alucinante.

Debíamos salir hacia Chicago O'Hare a las 11:25 y nos mandan a Miami a las 14:15
Unas 5 horitas de nada esperando en el aeropuerto. Luego 4 horas de vuelo a Miami, el,tránsito y llegar a Madrid  sobré las 13 h de mañana tras otras 6 horas volando.

Lo bueno es que vamos a pisar Florida, y si se retrasa un poco nos vamos a la playa....

Tomamos un café y nos despedimos de nuestros anfitriones, a los que nunca les podremos agradecer suficientemente sus desvelos.



Pasamos el control de seguridad sin mayores incidencias y nos vamos a nuestra puerta de embarque a ejercitar la paciencia. Llegamos a la A51 y efectivamente pone Miami. Tranquilidad.


Me pongo a escribir este blog, Alicia con su música y de repente, cambian nuestro vuelo de puerta y en la A51 aparece un vuelo a Chicago O'Hare a las 11:25..... Casi me da algo...Lo único que no cuadraba era el número de vuelo, pero ya no tiene remedio y nos tenemos que ir por Florida.

Me huele todo a chamusquina...

Nos mandan a la A43


Estamos hartos y todavía no nos hemos subido al primer avión.

Seguiremos informando.

Por fin embarcamos y despegamos rumbo a Miami. Para seguir la racha resulta que encontramos una tormenta muy profunda que nos hizo dar un rodeo de 25 minutos. Llegamos a Miami muy cansados y con hambre. Alli es otra cosa. El idioma por defecto es el español y ya te sientes casi como en casa.


Cenamos algo y embarcamos puntualmente hacia Madrid.


El vuelo se hace eterno. Otras 8 horas y pico que aprovechamos para intentar dormir lo máximo posible. Cenamos y desayunamos a bordo, y a eso de las 13h llegamos por fin a Madrid.

Como colofón final al desastre aéreo, perdieron mi maleta. Solo salió la de Alicia, aunque rota.
Reclamación al canto y salimos.

Allí estaba nuestra querida familia para recibirnos con los brazos abiertos. Nos tenían preparada una comida de las que recordaré toda la vida, después de tantas privaciones. Una pata de jamón, langostinos con mayonesa y ali-oli, tortillas de patata. filetes de pollo empanados con limón... ¡que delicia !

PD: Ya en casa nos hemos enterado que en el Air Trafic Control de Chicago hubo un incendio, y eso es lo que provocó los desvios de los vuelos. La maleta llegó el lunes por la tarde en perfecto estado.



Último día en Denver

Al final llegó el tan temido último día. Es viernes y mañana sábado salimos por la mañana de vuelta a Madrid vía Chicago.

Nos levantamos un poco tarde para reponernos del agotador viaje a Las Vegas, actualizamos blog, hacemos maletas y cuando viene Javier de trabajar nos preparamos una suculenta comida casera.

Como no hay tiempo que perder, sin siesta ni nada, nos fuimos a ver Red Rocks, un mítico escenario natural donde se celebran conciertos de música y otros eventos. Da la casualidad que esa tarde tocaba alguien y como estaban preparando el escenario no nos dejaron verlo de cerca. Es un teatro natural, con el escenario flanqueado por dos enormes rocas de arenisca roja, que le confieren una acústica excepcional. Como todo aquí, es enorme, espectacular. Carlos, a ver cuando venís a tocar aquí...

En la lista de los conciertos del verano yo solo conocía a Crosby, Still and Nash. Debo estar haciéndome viejo, porque a Alicia le sonaban muchos...



Más tarde habíamos quedado con Laura para que las chicas se fueran de compras por Colorado Mills y los chicos nos íbamos de cañas, o algo parecido....


Javier me llevó a una fábrica de cerveza artesanal que ha ganado montones de premios, Wit's End. Allí un chaval con cara de majete nos (le) estuvo explicando cosas de los tipos de cerveza que hacían. Parecía interesante.

Nos tomamos una especie de menú degustación que consistía en 4 tipos de cervezas. Parece mentira que se puedan sacar tantos sabores y colores de una cerveza. Muy interesante el sitio. Dan ganas de dejar el trabajo y montárselo una fábrica de cerveza casera para pasar todo el día en la gloria....


Luego fuimos a casa a dejar el coche, para evitar multas, y nos acercamos a otro bar de la 17th. Menudo ambiente tiene esa calle. Todos los sitios llenos, y como la happy hour es de 4 a 6 o de 5 a 7, todo el mundo aprovecha. Nos tomamos unas buenas jarras frías, pero a palo seco. No te ponen ni unas patatitas, ni panchitos, ni nada. Que triste. Con lo listos que son estos americanos, parece que no se han dado cuenta que poner saladitos incita a beber más...

Lo mejor el letrero de la puerta

Continuamos nuestro periplo en la Union Station, una estación de tren reconvertida en parte en zona de copas. Allí habíamos quedado con las chicas. Hicimos unos cambalaches con los pasaportes para poder tomar algo todos ya que aquí hasta los 21 no te puedes beber ni una cerveza. Un sitio muy agradable. Tomamos una Corrs ( la cerveza de aquí parecida a la Mahou) y unas cosas con nombre ruso.

Para terminar la faena fuimos los 4 a un sitio de moda.


Nos colamos porque no estaban los del control de la puerta (os recuerdo que vamos con una "menor" en temas de bebidas) y entramos en el maravilloso mundo de un local de moda americano. Son como niños. Eso de charlar tomando unas copas no lo entienden, y tienen que ponerse haciendo el tonto con jueguecitos. Había, que yo,recuerde, bolera,ping-pong, futbolines, billares, máquinas, una especie de curling, lanzamiento de sacos y otras cosas que no se cómo se llaman. Les encantan los juegos. 


Tras ver todo el local nos fuimos a la parte donde se cena y nos pedimos, como no, unas hamburguesas y Javier algo de pasta, con otras cervezas. 


Muy rico todo, la verdad.


Luego a casa y a dormir. Last  day in Denver...







jueves, 25 de septiembre de 2014

Las Vegas día 3

Nuestro tercer y último día en Las Vegas comienza deperezándose en las maravillosas camas que parece que duermes en una nube. Y con cuatro almohadas por cama... Dan ganas de quedarse remoloneando todo el día.
Pero tenemos que hacer el check-out a las 11 y no nos podemos permitir ese lujo.

Llega el peor momento del día. El desayuno. Creíamos haber encontrado un sitio mejor que el del día anterior, pero era más de lo mismo. Café ardiendo y croissant a palo seco. Además me quemé la lengua... Así ya te pones de mal humor...


Volvimos a la habitación, recogimos y bajamos al lobby donde una amable señorita que tampoco hablaba español (un cero al hotelazo en este aspecto) nos cobró todo tipo de tasas y nos dijo donde guardar las maletas, ya que nuestro avión salía por la tarde y no era plan de hacer más el pardillo cargando con el trolly todo el día. Los tipos de las maletas tampoco daban mucha confianza. Un papelito de nada y se llevan tu equipaje a un agujero negro donde deben estar todas las maletas perdidas del mundo. Pensaba que nunca volvería a ver los souvenirs horteras que habíamos comprado, pero no había opción.


Libres como pajarillos teníamos unas horas para ultimar compras, ver los casinos que nos faltaban (no fueran a ser distintos) y, lo más importante. La foto en el cartel de Welcome Las Vegas. Sin ese trofeo no podíamos irnos.

Compramos unos boletos del DEUCE, que es un autobús que sube y baja continuamente Las Vegas Boulevard, parando en los casinos más importantes.



















 Lo malo es que el cartel esta a 0.6 millas de donde da la vuelta el bus. Tocaba ir andando. Un paseito de nada, pero por el medio del desierto a miles de grados Farenheit, o eso parecía. ¡Qué horror! Todo por la foto.


Sudando como un pollo, pero llegamos. Allí estaba medio Las Vegas con la dichosa foto, y una chica con un letrero en la espalda que decía "Independent Photographer" que te pedía una propina por hacerte la foto con tu propia cámara. Mientras esperábamos la cola, la chica ganó más dinero que yo en Indra en un mes. Propinas de 10$ a montones...¡qué negocio!
Nosotros no estábamos para más tips. Después de los desayunos, lo que peor llevo son las propinas y las taxes. Horror...


Una vez más la Providencia vino en nuestra ayuda y aparecieron unos españoles y nos hicimos fotos mutuamente. 


Cumplido el ritual, a volver a patita hasta el último casino. Creo que era el Mandalay. Entramos al borde de la deshidratación. Casi me quedo en la puerta debajo del chorro del aire acondicionado. Esto en julio es deporte de riesgo...


Ya por dentro del casino y tras pagar 4$ por un litro de agua (os aseguro que pagas lo que te pidan), ya fuimos pasando de uno a otro por dentro. Vimos el Luxor, que está bien, pero ha conocido tiempos mejores.



















 Luego salimos de nuevo a la calle porque había que cruzar para ir al MGM. Para 1 sola parada cogimos el bus de nuevo. No era cuestión de tentar a la suerte.


Las cosas de la vida. En la puerta del último casino que visitábamos encontramos la tienda de souvenirs más barata y más chula de toda la ciudad, con el agua a 1,90$



















Compramos más cosas totalmente innecesarias y vimos el MGM. Más de lo mismo.


Casi inanes volvimos al DEUCE y subimos la calle con destino al Venetian.
Milagrosamente encontraron nuestro equipaje y nos subimos al Airport Shuttle con destino al McCarran (vaya nombre).


Llegamos a la terminal 3, la de United Arilines y nos disponemos a hacer lo mismo que nos ayudo mi sobrina en Denver para sacar las tarjetas de embarque en las máquinas automáticas. Como no podía ser de otra manera...¡Sorry, usted no tiene vuelo programado! Casi me da un sincope, mientras mi hija (no se cómo) mantenía la calma. Lo intentamos de nuevo y nada. Agggg..
Buscamos a una chica de los mostradores de facturación, viene con nosotros, le doy los papeles y....¡El Sorry otra vez!  Yo estaba fibrilando. Quedarse a vivir en Las Vegas como homeless no me apetecía nada...
La señorita busca una supervisora que nos dice con cara de pocos amigos "Stay here"
Allí los dos sin movernos mientras la veíamos teclear en un terminal como cuando te van a traer la cuenta de un restaurante y te van a dar el palo...pues igual.
Minutos angustiosos, pero por fin oímos una impresora sacando papelitos...Teníamos nuestras tarjetas de embarque. Y lo primero que dice Alicia: " Ves papá como no pasa nada"

Tanta angustia me había dado hambre, y como ese estado es permanente en mi niña, pues nos vamos a un Burguer King y nos pedimos un par de Whoppers como sí fuera martes.


Resulta que donde nos sentamos se veía y oía la cocina. Allí todos hablaban en español.
Lo alucinante es que un chico con voz digamos "aflautada" le estaba contando a sus compañeras que hacían las hamburguesas que era gay, y que no sabía como decírselo a su novia. Alicia y yo flipábamos. Daban ganas de perder el avión solo por oír aquel culebrón...
Si se llegan a enterar que les entendíamos perfectamente...

Nos quedamos sin saber el final porque teníamos que ir a nuestra puerta de embarque.


Estoy escribiendo esto aprovechando el viaje. Mañana pondré fotos porque llegamos a Denver un poco tarde.

Adiós Las Vegas...

y como dice el famoso letrero por detrás, donde nadie se hacía la foto..



Las Vegas día 2

Hoy miércoles es el día de la excursión en helicóptero.

Una vez más, gracias a las gestiones de Alicia conseguimos enterarnos a que hora y que compañía nos recogería en el hotel. Pasarían a las 11:55, así que teníamos tiempo para desayunar, cosa que ya he comentado que es de lo más complicado por estos lares. Tomamos un capuchino ( lo más parecido a un café con leche) y un Café caramelo machiatto o algo así, con un muffin de arándanos. ¡Manda huevos! 

Pero ya teníamos energía para empezar el día. Primero hay que encontrar el "underground lobby tour". Lo que parece claro es que es bajo tierra, así que todo hacia abajo. Al final un amable guarda de seguridad nos indicó al vernos con cara de despistados. Este hotel es más grande que muchos pueblos que conozco.

El sitio en cuestión es como un intercambiador donde llegan los minibuses de las excursiones. Con puntualidad apareció el nuestro, Papillon Tours.

Luego, en plan turistada total fuimos recogiendo gente por los hoteles hasta que aquello se llenó. Enfilamos por una autopista hasta un pueblecito cercano llamado Boulder donde hay un pequeño aeropuerto dedicado a los Tours por Grand Canyon. Tienen poca imaginación con los nombres porque el Boulder famoso es el de Colorado, cerca de Denver.



En el bus nos encontramos con una pareja de Valencia. Al principio pensamos que podíamos ir juntos, pero resulta que teníamos contratadas cosas distintas. Yo me arrimo a cualquiera que hable español. Estoy traumatizado...


Mientras haces el papeleo del vuelo estas puesto en una baldosa que es una báscula. Ya se lo que pensáis.... Pues no, no saltó la alarma. Aquí se te quitan las ganas de adelgazar. Hay gente gordísima y grandísima. Yo soy delgadito, por lo menos aquí.

Al final embarcamos con una familia australiana, los padres y dos niños de lo más formalitos.
Por aquello de la distribución de pesos, tuvimos una suerte increíble. El piloto a la izquierda, a su derecha Ali y yo en la puerta. Las mejores vistas. Los 4 australianos detrás...


El aparato tenía buena pinta. Parecía nuevo y eso inspira confianza. El piloto, un chico joven pero con menos pelo que yo, nos da una charla de seguridad, en la que pregunta si alguien ha hecho paracaidismo... imaginaos la cara de felicidad de la rubia levantando el dedo.
Nos dieron hasta un salvavidas. Volando por el desierto ya sería mala suerte caer en el Río Colorado, porque no hay ni un charco más.





















Nuestro amigo habla con la torre, le da potencia al turboeje y ¡arriba!  Era mi primer vuelo en helicóptero y me gustó la sensación. Tomamos altura, pasando por encima de una estación eléctrica llena de cables. Ya os imagináis en que estaba yo pensando...




















 Tras unos 10 minutos de vuelo aparece ante nosotros la Presa Hoover, que intenta y por ahora consigue, no sin dificultades, retener el agua del tremendo Colorado River. La vista desde el aire es impresionante. El piloto va dando cifras que imagino que serían los datos del Lago Powel que es como llaman al pantano. Sigo sin entender nada.




















Vamos avanzando por un lado hasta llegar donde desemboca el Colorado en el pantano. Ahí se ve porque García López de Cárdenas, soldado de la expedición de Coronado, y primer hombre blanco que vió esta maravilla, le puso el nombre. El agua rojiza del río tarda mucho en mezclarse con la de la presa, como el río Negro con el Amazonas aunque por esta vez, a una escala más pequeña.



















Al poco llegamos al Gran Cañón. Es impresionante, pero veníamos avisados que al haber visto Dead Horse Point ( ver Fin de Semana en Utah), ya no íbamos a decir ohhh!
Era verdad. Muy chulo, pero sin el factor sorpresa.



















 Tras sobrevolarlo un rato aterrizamos en el Eagle Point, en plena reserva de los indios navajos, donde está la pasarela Skywalk.


¿Véis la forma del aguila en la roca?



















Lo de la pasarela es tremendo, pero no se sí de bueno o de malo... Primero tienes que dejar cámaras, móviles, mochilas y bolsos en una consigna para que no hagas fotos. Entrar cuesta treinta y tantos dólares por persona, pero ya lo llevábamos incluido. Todos los que lo gestionan son indios navajos. Como éramos españoles nos consiguieron una guía que hablaba como nosotros, aunque más bien poco. Nos colaron a los 6, con el consiguiente cabreo de los que esperaban y un fotógrafo se puso a hacernos fotos como loco. Es de lo que viven.



La pasarela en sí no está mal. Te ponen unos patucos para no estropear el cristal del suelo. Puedes ver la caída de 800m bajo tus pies, pero no da ninguna sensación de vértigo. Es demasiado seguro. Hecho por alemanes. Si lo hubiéramos hecho en España, acojonaría...

Luego viene la turistada de las fotos, eso si, con pantallas táctiles. Un robo (50 pavos precio tour, los demás 65, aunque me parece que las hemos pagado mucho más caras, ja,ja), pero si cogemos las de  Port Aventura, ¿cómo no vamos a coger estas? Así ayudamos a los indios, que los pobres están fatal tratados. 



Comimos unas galletitas con una botella de agua que nos daban los del tour en una bolsa rosa imposible y vuelta al helicóptero. El regreso, por desgracia se hace por el medio del desierto, y no hay casi nada que ver. Cosas del tráfico aéreo, nos dijo el piloto. Aquello parece el festival de Cuatro Vientos. Lleno de aeronaves por todos lados..



















¿A que parece que pilota Alicia?



















Volvimos al aeropuerto, felicitamos al piloto por su pericia y volvimos al hotel con otra camioneta repartiendo gente.

La excursión te deja una sensación agridulce. El helicóptero es genial, pero lo demás es poco emocionante...no sé...

Llegamos al Venetian a eso de las 6 pm. Una ducha y ¡de compras si piedad!

Cogimos un taxi de un tio mal encarado que se enfadó cuando no le dimos propina, y nos plantamos en el Premium Outlet Las Vegas North. Mucho nombre, pero igual que Las Rozas Village. 


Muchísimas tiendas de todas las marcas. Yo no entiendo mucho de trapitos ni zapatillas, pero aquello de barato no  tenía nada. Ali compró unas cosas y nos fuimos en otro taxi a otro centro comercial más cerca del hotel llamado Fashion Show. 


Este sí que molaba. Tenía tienda Apple y probamos el iPhone 6. También había tienda Microsoft, pero la más interesante era una que se llamaba ABC y era como un chino de lujo y tenían cerveza Heinneken. Que rica está...


Cargando con todas las bolsas volvimos al hotel y caímos rendidos en los brazos de Morfeo...