Nos levantamos un poco tarde para reponernos del agotador viaje a Las Vegas, actualizamos blog, hacemos maletas y cuando viene Javier de trabajar nos preparamos una suculenta comida casera.
Como no hay tiempo que perder, sin siesta ni nada, nos fuimos a ver Red Rocks, un mítico escenario natural donde se celebran conciertos de música y otros eventos. Da la casualidad que esa tarde tocaba alguien y como estaban preparando el escenario no nos dejaron verlo de cerca. Es un teatro natural, con el escenario flanqueado por dos enormes rocas de arenisca roja, que le confieren una acústica excepcional. Como todo aquí, es enorme, espectacular. Carlos, a ver cuando venís a tocar aquí...
En la lista de los conciertos del verano yo solo conocía a Crosby, Still and Nash. Debo estar haciéndome viejo, porque a Alicia le sonaban muchos...
Más tarde habíamos quedado con Laura para que las chicas se fueran de compras por Colorado Mills y los chicos nos íbamos de cañas, o algo parecido....
Javier me llevó a una fábrica de cerveza artesanal que ha ganado montones de premios, Wit's End. Allí un chaval con cara de majete nos (le) estuvo explicando cosas de los tipos de cerveza que hacían. Parecía interesante.
Nos tomamos una especie de menú degustación que consistía en 4 tipos de cervezas. Parece mentira que se puedan sacar tantos sabores y colores de una cerveza. Muy interesante el sitio. Dan ganas de dejar el trabajo y montárselo una fábrica de cerveza casera para pasar todo el día en la gloria....
Luego fuimos a casa a dejar el coche, para evitar multas, y nos acercamos a otro bar de la 17th. Menudo ambiente tiene esa calle. Todos los sitios llenos, y como la happy hour es de 4 a 6 o de 5 a 7, todo el mundo aprovecha. Nos tomamos unas buenas jarras frías, pero a palo seco. No te ponen ni unas patatitas, ni panchitos, ni nada. Que triste. Con lo listos que son estos americanos, parece que no se han dado cuenta que poner saladitos incita a beber más...
Lo mejor el letrero de la puerta
Continuamos nuestro periplo en la Union Station, una estación de tren reconvertida en parte en zona de copas. Allí habíamos quedado con las chicas. Hicimos unos cambalaches con los pasaportes para poder tomar algo todos ya que aquí hasta los 21 no te puedes beber ni una cerveza. Un sitio muy agradable. Tomamos una Corrs ( la cerveza de aquí parecida a la Mahou) y unas cosas con nombre ruso.
Para terminar la faena fuimos los 4 a un sitio de moda.
Nos colamos porque no estaban los del control de la puerta (os recuerdo que vamos con una "menor" en temas de bebidas) y entramos en el maravilloso mundo de un local de moda americano. Son como niños. Eso de charlar tomando unas copas no lo entienden, y tienen que ponerse haciendo el tonto con jueguecitos. Había, que yo,recuerde, bolera,ping-pong, futbolines, billares, máquinas, una especie de curling, lanzamiento de sacos y otras cosas que no se cómo se llaman. Les encantan los juegos.
Tras ver todo el local nos fuimos a la parte donde se cena y nos pedimos, como no, unas hamburguesas y Javier algo de pasta, con otras cervezas.
Muy rico todo, la verdad.
Luego a casa y a dormir. Last day in Denver...
No hay comentarios:
Publicar un comentario